BOM DIA LISBOA!

Aprovechando el puente de todos los santos he hecho un viaje relámpago a una de las ciudades con más encanto de Europa, Lisboa.

Ya he estado en otras ocasiones, ya que cuando vivía en Londres hice muchos amigos portugueses y tuve la suerte de que me invitaran.

En mis anteriores estancias en Lisboa, no hicimos mucho turismo de ciudad, íbamos a la playa, a la costa de Caparica, maravillosa con la Playa de Meco (de la que casi no vuelvo viva y culpable de que no me meta en el mar si hay olas de 20 cm. en adelante), lo único que vi fue el Castillo de San Jorge y el Ascensor de Santa Justa de pura casualidad. Aún recuerdo la cara que se nos quedó a Elena y a mí al encontrarnos de repente con esa maravilla. Pero la verdad es que fueron visitas de playa y fiesta loca.

Esta vez ha sido un viaje para conocer la ciudad, por fin he tenido en mis manos un plano de la ciudad y he podido saber dónde y en qué colina me encontraba realmente en cada momento.

No pretendo hacer una guía de Lisboa pero os daré algunos consejos como que el transporte público es bastante caro, si no te haces con alguna tarjetita especial. Para que os hagáis una idea:

- Tranvía nº 28: El que nos lleva al Castillo de San Jorge (y éste hay que cogerlo porque lo de subir la cuesta es imposible) son 3,85€, para un trayecto que no dura más de 5 minutos con los semáforos en rojo y coches en doble fila.

- Billete de metro: 1,20€ cada viaje más los 0,50 céntimos de una tarjeta recargable que es obligatorio comprar.

- Autobús: 1,75€.

- Ascensor de Santa Justa: 5€, es muy bonito tiene vistas preciosas y te sube al Barrio Alto, aunque hay otros ascensores. Éste sigue conservando el precio de hace 10 años. Ojo a los que sufren de vértigo, yo nunca he tenido y me dio un yuyu al subir por las escaleras de caracol.

- Ascensor - Tranvía: Lo llamo así porque te sube también al Barrio Alto pero parece un tranvía, 2,85€. Estos ascensores hay que cogerlos porque subir las colinas es muy duro.

- Mirador del Monumento a los Descubridores: 2€. El precio está bien pero este mirador me lo ahorraba, por muy cerca que estén la torre de Belem, el monasterio de los Jerónimos, el puente y el Cristo.

- Entrada al recinto del Castillo de San Jorge: 7€, me quedé alucinada porque cuando estuve por primera vez, no había que pagar para entrar en el recinto sólo para ver el pequeño museo que hay dentro. La verdad es que es caro pero merece la pena. Las vistas de la ciudad son maravillosas y ver la puesta de sol allí es un lujo.

Otro sitio desde donde ver una puesta de sol magnífica es desde la Plaza del Comercio, romántico momento al borde del Tajo. ¡GRATIS!

Gracias a mi amigo Rogerio pudimos descubrir que, en el Hotel Do Chiado, muy cerquita de la famosa cafetería-pastelería "A Brasileira", tienen una azotea donde te puedes sentar a tomar una cervecita mientras disfrutas de unas vistas de ensueño. Entrar aquí es ¡GRATIS!, además, la cafetería queda casi a la misma altura del mirador del ascensor de Santa Justa, con lo que si no pretendemos subir al Barrio Alto, también nos lo podemos ahorrar.

No me puedo olvidar de la gastronomía portuguesa, el bacalao cocinado de mil maneras, las croquetas de carne, las empanadillas de camarão, los pastelitos de Belem, etc... .

Si os gustan las castañas asadas, ésta es muy buena época para visitar Lisboa, ¡hay puestos cada 20 metros!, Mis primeras castañas asadas del año me las he comido allí, están riquísimas, creo que antes de asarlas las salan y así la cáscara se queda blanca y sale fenomenal, probaré en casa a ver si ese truco funciona y os lo cuento.

Hay que tener cuidado con los carteristas. Los de Madrid como yo, por desgracia o por suerte vemos a estos malhechores a la legua, pero casi vuelvo con un ojo morado por avisar a unos franceses de que les iban a robar.

Otra cosa que me dejó con la boca abierta fue que te ofrecen "hachís" por la calle. Pero no una persona por la noche, medio escondida y cerca de los locales de copas, no, a plena luz del día, cada 5 metros había alguien que nos lo ofrecía y en las zonas más turísticas.

Para terminar os digo que Lisboa es una ciudad romántica, con encanto, su gente es amable y acogedora, su gastronomía es rica por abundante y sabrosa y que acabo de regresar y ya ¡quiero volver otra vez!