Pues
no, no voy a hablar de la magnífica novela de Delibes ni de la gran adaptación
cinematográfica de Mario Camus, dadas las fechas en las que estamos, con
"Los Santos Inocentes", me refiero al 28 de diciembre.
El día
de los Santos Inocentes es un día que tendré siempre muy presente gracias a un
pequeño percance que ocurrió en mi casa.
Hace
muchos años, habiendo, mis padres, reformado la casa hacía pocos meses, en
especial la cocina, donde todos los muebles, azulejos y electrodomésticos eran blancos
y nuevos, mi madre se despistó un segundo y... ¡¡¡se le quemó el aceite!!!.
Menudas
llamaradas y menudo humo negro y espeso. Madre mía que susto, lo primero que se
me ocurrió fue echarle agua pero enseguida llegó mi madre, me dijo que no lo
hiciera y que saliera de allí, así que eso hice, salí en pijama a las escaleras
gritando ¡fuego, fuego!, cuando una vecina salió y me vio, al principio puso
cara de.... ¿no se tratará de una inocentada verdad? pero luego se fijó en mi
cara de asustada y en que estaba en pijama y vino corriendo a casa aunque para
entonces mi madre ya había tapado la sartén y apagado el fuego.
Gracias
a Dios sólo se quemó la campana extractora y el mueble que estaba sobre ella,
pero el resto de la cocina estaba negra, parecía que habían pasado carbón por
toda la cocina, incluso los muebles también estaban negros por dentro. Menuda paliza
se dio mi madre para dejar la cocina impoluta de nuevo.
Ese día
aprendí que nunca se debe echar agua al aceite ardiendo y que nunca se debe
dejar éste sin vigilancia, ni siquiera por unos segundos.
Sin
duda, esa ha sido para mí la peor inocentada que he vivido jamás aunque no sea
una inocentada realmente.
Para
mí, el día de los santos inocentes, debería ser un día para bromear de manera,
eso, "inocente", poner el monigote en la espalda, llenar de zumo el
brick de leche, esconder el mando de la tele en el cajón de los jerséis, vamos,
pequeñas bromas que alegran el día, no tienen consecuencias y no enfadan a
nadie. Sin embargo, mucha gente lo aprovecha para realizar bromas pesadas y de
muy mal gusto que pueden acabar en desgracias, como estallar un petardo en la
oreja de alguien.
Hasta
hoy (de momento) nadie
me ha gastado ninguna de esas bromas pesadas, pero si he visto cómo se las
gastaban a otros y cómo no me gusta ser partícipe de aquello que no apruebo
hace muchos años decidí no salir de casa este día. Bueno, salgo de casa para ir
a trabajar, pero no hago otro tipo de planes. Además, los petardos me dan
pánico y estos días es imposible salir a la calle sin esquivarlos (la verdad, es que me quedo en casa más por culpa de los
petardos que por las bromas, je je).
¿Tenéis
alguna broma preparada para mañana?
¿Cuál
es la peor inocentada que os han ó que habéis hecho?
¿Habéis
vivido alguna anécdota especial este día?
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