Los
bolsos son maravillosos la verdad y me imagino que se venderán como churros
pero, increíblemente, el anuncio ha suscitado una gran polémica.
Nada
más salir a la luz la campaña, las redes sociales estaban echando humo, que
digo humo, unas llamaradas que ni en las Fallas, ¡hasta @Ssantiagosegura en
twitter decía que con tanta polémica estaba dudando de si ver el anuncio o no!.
Cuando
pude verlo, me quedé a cuadros, no entendía el por qué de tanto revuelo.
Los
chic@s que han escogido son muy pijos aunque vayan de otro palo y son
horrorosos excepto uno que creo que es un actor bastante conocido entre las
adolescentes, que sí, es muy mono. Van en plan súper modernos ,algo que me
parece fenomenal, pero siempre me he preguntado por qué, cuando alguien es feo
se quiere poner aún más feo, y es el caso del 99% de los que participan en este
anuncio. Es posible que su aspecto no fuera tan desagradable si trataran de
resaltar sus virtudes y no sus defectos. ¿Acaso creen que el personalizar tanto
su aspecto les hace tener más personalidad?
Desde
luego no es el caso de estos chicos. Se nota que tienen muy poquito vocabulario
y que querían dejar una frase inteligente para la posteridad como la que dice
eso de "yo sólo creo en lo que veo, en lo que siento..." porque
claro, no sólo hay que parecer intelectual sino que hay que serlo y ¡ridículo al canto!.
Para
mí, no hay mucho que contar salvo que los pobres quedan como si no tuvieran 2
dedos de frente, a lo mejor si tuviéramos acceso a las preguntas que les hacen
no nos parecerían tan absurdas sus respuestas. Son muy jóvenes y me parece
normal que definan las cosas como "guays",
yo, ya tengo unos añitos y lo sigo haciendo.
El caso
es, que por un anuncio que sólo muestra la tontería de unos "hijos
DE", se ha armado una que me ha recordado a la que se armó con los
Guiñoles.
Y así
nos va, trajes regalados a cambio de millonarias concesiones, jueces comprados
por banqueros y que incumplen la ley, ERES, jubilaciones para pensionistas que se quedan los sindicalistas, ministros entrevistándose en gasolineras, yernos Reales
sospechosamente enriquecidos y nuestras
redes sociales echando fuego por un anuncio de unos bolsos que menos del 10% de
la población se puede comprar.
Quizá
nos merecemos lo que nos pasa y quizá deberíamos dar gracias por estar tan bien
teniendo en cuenta nuestro poco buen juicio.
Y es que creo que le damos demasiada importancia a
aquello que no la tiene.twitteame: @tabolid
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