20/2/12

CAMBIO DE MÓVIL


El otro día caí en uno de los grandes bulos que circulan por internet y gran parte de culpa la tuvo mi adorada BB. Si hubiera podido ver bien la página web donde daban la falsa noticia, habría podido leer claramente "100% fake" (100% falso), pero no pude me lo creí y lo colgué.
Además de no entender por qué la gente se inventa cosas así, este torpe error por mi parte me hizo convencerme aún más de que necesito un móvil nuevo.

Sí, el terrible momento del cambio de móvil ha llegado y mis objetivos son:
  1. Conseguir la BB Torch 9810 gratis o en su defecto la 9800 ó la Bold 9780 sin pagar por mi compromiso de permanencia.
  2. Hacerlo sin tener que hacer ninguna portabilidad.
  3. Y sin tener que amenazar con irme de la compañía, ya que yo soy muy de la Ley de Murphy y seguro que no me pondrían pegas, además, también soy de las que no comprende por qué hay que amenazar con algo que no quieres para poder tener los mismos derechos que alguien que viene de fuera.
Me toca aprenderme las webs de las 3 principales compañías telefónicas e ir a las tiendas para ver si me cuentan algo diferente.

¿Por qué nos estresa tanto realizar este tipo de cambios?

Una se convence de que los cambios siempre son para ir a mejor, pero es que cambiar de móvil o compañía telefónica es siempre sinónimo de dolores de cabeza, conversaciones de besugos y terminar el día con un mal rollo en el cuerpo que casi prefiero quedarme en casa porque sólo soy capaz de gruñir a todo el que se me acerca.
En este post quería contar todas mis negociaciones con las compañías, idas y venidas, venturas y desventuras, mi decisión final, pero hete aquí que mientras lo escribía, mis jefes han tenido la brillante idea de cambiar sus iPhone 3 y 4 por dos iPhone 4S, al ser teléfonos de empresa, todo parecía ir sobre ruedas hasta que han recibido sus terminales.

Querían liberar los terminales antiguos. Habían superado con creces el período de permanencia por lo que no deberían tener ningún problema, bien pues, 2 semanas y tropecientas llamadas telefónicas de más de una hora de duración después, de las que yo he sido fiel testigo involuntario, hay uno de ellos que sigue sin poder tener su antiguo terminal liberado.
Os imaginaréis que esto ha logrado aumentar mi nivel de estrés incluso antes de haber empezado las negociaciones con mi compañía.

Supongo que no os extrañará si os digo que, después de haber vivido esta experiencia de tan cerca, he aparcado esta decisión hasta el mes que viene, a ver si tengo güebs entonces.
Prometo relataros mis encuentros y desencuentros pero hasta entonces estaría encantada de conocer vuestras experiencias.

Para twittearme: @tabolid

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