El otro
día caí en uno de los grandes bulos que circulan por internet y gran parte de
culpa la tuvo mi adorada BB. Si hubiera podido ver bien la página web donde
daban la falsa noticia, habría podido leer claramente "100% fake" (100%
falso), pero no pude me lo creí y lo colgué.
Además
de no entender por qué la gente se inventa cosas así, este torpe error por mi
parte me hizo convencerme aún más de que necesito un móvil nuevo.
Sí, el
terrible momento del cambio de móvil ha llegado y mis objetivos son:
- Conseguir la BB Torch 9810 gratis o en su defecto la 9800 ó la Bold 9780 sin pagar por mi compromiso de permanencia.
- Hacerlo sin tener que hacer ninguna portabilidad.
- Y sin tener que amenazar con irme de la compañía, ya que yo soy
muy de la Ley de Murphy y seguro que no me pondrían pegas, además,
también soy de las que no comprende por qué hay que amenazar con algo que no
quieres para poder tener los mismos derechos que alguien que viene de fuera.
¿Por qué nos estresa tanto realizar este tipo de cambios?
Una se
convence de que los cambios siempre son para ir a mejor, pero es que cambiar de
móvil o compañía telefónica es siempre sinónimo de dolores de cabeza,
conversaciones de besugos y terminar el día con un mal rollo en el cuerpo que
casi prefiero quedarme en casa porque sólo soy capaz de gruñir a todo el que se
me acerca.
En este
post quería contar todas mis negociaciones con las compañías, idas y venidas,
venturas y desventuras, mi decisión final, pero hete aquí que mientras lo escribía,
mis jefes han tenido la brillante idea de cambiar sus iPhone 3 y 4 por dos
iPhone 4S, al ser teléfonos de empresa, todo parecía ir sobre ruedas hasta que
han recibido sus terminales.
Querían
liberar los terminales antiguos. Habían superado con creces el período de
permanencia por lo que no deberían tener ningún problema, bien pues, 2 semanas
y tropecientas llamadas telefónicas de más de una hora de duración después, de
las que yo he sido fiel testigo involuntario, hay uno de ellos que sigue sin
poder tener su antiguo terminal liberado.
Os
imaginaréis que esto ha logrado aumentar mi nivel de estrés incluso antes de
haber empezado las negociaciones con mi compañía.
Supongo
que no os extrañará si os digo que, después de haber vivido esta experiencia de
tan cerca, he aparcado esta decisión hasta el mes que viene, a ver si tengo
güebs entonces.
Prometo
relataros mis encuentros y desencuentros pero hasta entonces estaría encantada
de conocer vuestras experiencias.
Para
twittearme: @tabolid
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